La calibración in situ de los instrumentos de medición se lleva a cabo en muchos procesos industriales. Las ventajas son evidentes: los instrumentos no se retiran y, por tanto, no es necesario interrumpir el proceso. Como resultado, se reducen el tiempo y los costes de las pruebas necesarias en las plantas. Al mismo tiempo, se excluyen posibles errores al volver a instalar los instrumentos tras su calibración en el laboratorio. Un requisito previo para la calibración in situ suele ser la instalación del punto de medición con las válvulas de instrumentación adecuadas, como se ilustra a continuación, utilizando como ejemplo presostatos instalados en una planta de incineración de residuos líquidos.
El gestor de la planta es una empresa especializada en la eliminación de residuos contaminados de la industria química. En su planta de incineración de residuos líquidos, 46 presostatos realizan tareas primarias de monitorización de presión. La tarea principal es mantener el suministro de energía para el proceso de incineración. Si la presión necesaria para ello cae por debajo del valor límite definido, los instrumentos de medición activan una parada del proceso. Esto se debe a que, por ejemplo, con un suministro insuficiente de gas natural, aire y vapor, la planta no puede incinerar correctamente las sustancias de entrada. En este caso, el operador debe determinar inmediatamente la causa de la presión insuficiente. Una tubería obstruida o un defecto técnico son ejemplos típicos.
46 presostatos requieren una cantidad considerable de pruebas
Los presostatos se calibran una vez al año durante las paradas periódicas de la planta. Anteriormente, la empresa hacía desmontar los instrumentos para este fin. Para ello, primero se desconectaban eléctricamente y luego se desmontaban. A continuación, los presostatos se enviaban al laboratorio de pruebas de la empresa y, tras calibrarlos correctamente y realizar los ajustes necesarios, se devolvían a la planta para su instalación. Dado el gran número de presostatos, el proceso de prueba requiere una cantidad considerable de tiempo y esfuerzo, lo que se ve agravado por el entorno de instalación restringido.
La empresa buscaba una alternativa y, en colaboración con WIKA, implantó la posibilidad de una calibración in situ. Se basa en dos modelos de válvulas de instrumentación de WIKA, a las que se atornillan presostatos que se conectan al proceso. Según el tipo de instalación, se trata del modelo compacto monobloque IVM y del modelo de válvula de bloqueo y purga IV20. Dado que los puntos de medición en cuestión son relevantes para la seguridad, la empresa optó por variantes de válvulas con asa extraíble: éstas evitan el ajuste involuntario de las válvulas y, con ello, el deterioro o incluso la desactivación del dispositivo de medición conectado.
La calibración in situ aumenta la operatividad del sistema
Para la calibración inn situ, el usuario cierra primero la válvula de cierre. Esto aísla la presión de alimentación del interruptor del proceso. A continuación, se purga a través del puerto de purga. Ésta es también la interfaz entre el calibrador y la bomba para generar la presión de prueba. El punto de conmutación se comprueba tres veces con el instrumento de prueba móvil y se ajusta si es necesario. La calibración se realiza en mucho menos tiempo, sin interrumpir el funcionamiento de la planta. Al mismo tiempo, todo el circuito desde el presostato hasta la sala de control se comprueba de una sola vez. Esto también proporciona al operador información sobre la desviación de toda la cadena del circuito activo, incluida la indicación, la alarma o la acción de conmutación.
Además, un punto de medición para la calibración in situ ofrece otra ventaja: si se sospecha un fallo entre los intervalos de calibración regulares, las funciones de conmutación y los valores límite de los presostatos individuales pueden comprobarse incluso con el proceso en marcha.
Las válvulas satisfacen las altas exigencias de seguridad y durabilidad
Las válvulas de instrumentación WIKA, seleccionadas para su calibración in situ, cumplen los requisitos de seguridad y durabilidad de los componentes de proceso exigidos por los clientes. Los cuerpos superiores de los modelos IV20 e IVM están equipados con un obturador de husillo no giratorio y con asiento metálico para un funcionamiento con poco desgaste. Un reducido par garantiza un ajuste suave y preciso de la válvula, incluso a altas presiones. Ambas válvulas también están disponibles en una versión que evita las emisiones fugitivas, de conformidad con las normas ISO 15848-1 y TA-Luft (VDI 2440).
La fijación de las válvulas de instrumentación a los presostatos en la versión de bloque y brida permite la calibración in situ; a la izquierda con bloque de válvulas y a la derecha con brida monomando.
Antes – después: Puntos de medición de presostatos en versión convencional (figura a la izquierda) y con válvulas de instrumentación WIKA para calibración in situ (figura a la derecha), en este caso con bloque de válvulas modelo IV20 y monobrida modelo IVM (derecha).
En la página web de WIKA encontrará más información sobre las válvulas de instrumentación IVM e IV20, así como un listado de otras válvulas y dispositivos de protección. Además, encontrará información sobre las soluciones de medición de WIKA para la industria química en general y para la prevención de emisiones fugitivas en particular. Para la calibración in situ de instrumentos de medición de presión, el sitio web también presenta el calibrador portátil de procesos CPH7000, la bomba de prueba manual CPP30 y el manómetro digital de precisión CPG1500.
Además, WIKA ofrece un conjunto de instrumento de medición específico para el cliente para todas las válvulas. Esta solución instrumento-válvula (hook-up) se monta totalmente probada y lista para su instalación.
Si tiene alguna pregunta, su persona de contacto estará encantada de ayudarle.
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